“Como las cosas humanas no sean eternas, yendo siempre en declinación de sus principios hasta llegar a su último fin, especialmente las vidas de los hombres y como la de don Quijote no tuviese privilegio del cielo para detener el curso de la suya, llegó su fin y acabamiento cuando él menos lo pensaba”

Miguel de Cervantes. "Don Quijote de la Mancha".



lunes, 18 de agosto de 2014

Siglo XXI, cambalache

 Que el mundo fue
 y será una porquería,
 ya lo sé...
 En el quinientos diez,
 y en el dos mil también.
 Que siempre ha habido chorros (ladrones),
 maquiavelos y estafaos,
 contentos y amargaos,
 valores y doblés.
 Pero que el siglo veinte,
 es un despliegue,
 de maldad insolente,
 ya no hay quien lo niegue.
 Vivimos revolcaos en un merengue,
 y en el mismo lodo,
 todos manoseaos.

 Hoy resulta que es lo mismo,
 ser derecho que traidor.
 Ignorante, sabio, chorro,
 pretencioso estafador.
 Todo es igual... Nada es mejor!
 Lo mismo un burro,
 que un gran profesor.
 No hay aplazados, ni escalafón,
 los inmorales nos han igualado.
 Si uno vive en la impostura,
 y otro afana en su ambición,
 da lo mismo que sea cura,
 colchonero, rey de bastos,
 caradura o polizón.

 Que falta de respeto,
 que atropello a la razón,
 cualquiera es un señor,
 cualquiera es un ladrón.
 Mezclado con Toscanini
 va Scarface y Napoleón,
 Yatasto y Lavignon,
 Gatica y San Martin...
 Igual que en la vidriera irrespetuosa
 de los cambalaches,
 se ha mezclado la vida,
 y herida por un sable sin remaches,
 ves llorar la Biblia,
 junto a un calefón.

 Siglo veinte, cambalache,
 problemático y febril.
 El que no llora, no mama,
 y el que no afana es un gil.
 Dale no más! Dale que va!
 Que allá en el horno
 nos vamos a encontrar!
 No pienses más,
 hacete a un lado.
 Que a nadie importa
 si naciste honrado.
 Si es lo mismo el que labura
 noche y dia, como un buey,
 que el que vive de los otros,
 que el que mata, que el que cura,
 o esta fuera de la ley.